Golpearon a la puerta - no usamos timbre y soy felíz.
Eran los antiguos dueños de la casita que venían a buscar un delivery envíado a la dire obsoleta, la nuestra. Nos saludamos cordialmente, no sólo porque el Casper del Covid-19 flota entre nosotros, sino porque los Escoceses jamás van a saludar con un beso – recuérdenlo para sus futuras visitas. Los reencontramos con su paquete y luego los invitamos a ver las modificaciones hechas en el jardín desde nuestra gestión. Aceptan, pero proponen rodear la casa y entrar por la puerta trasera para permanecer al aire libre. Al cruzar la verja y entrar en tierras conocidas, se miran, se ríen y abren sus ojitos claros bien grandes. Es obvio que les gusta lo que ven, se sorprenden por el espacio que aún queda habiendo construído el lugar de trabajo y el deck. Señalan, refieren lo que ellos tenían en ese lugar y comentan que así tiene más utilidad. Recuerdan el sol que da por las tardes y entra en el living, las comidas en el viejo deck, el pequeño cobertizo que ellos tenían y que funcionó como casa de muñecas para su hija.
Al despedirlos y para variar, me quedo pensando qué sucede en nuestras cabezas con el pasado de cada uno, en especial cuando podemos "comprobar" lo que hubiera sido si, cuando vemos un corto capítulo de lo que otros hacen con la aparente historia de uno (?). Eran tierras extrañas ahora para ellos, pero con una latente familiaridad, y se intuía que se preguntaban cosas.
Mientras él se cruzaba de brazos bajo las axilas y se balanceaba de una pierna a la otra tal cual lo hizo el día que nos mostró su reino con la esperanza de que quisiéramos vivir allí, preguntó:
- ¿Y? ¿Ya están acomodados?
- Si, re-contentos. Y arremetí: ¿Ustedes?
Vi el rojo de su barba desaparecer porque bajó la cabeza mientras simulaba sacar una piedrita de entre las ranuras de la madera pero me mostró el rojo de su pelo, apagado ahora, pero seguramente de intensidad fuego en su niñez. Detuvo su balanceo y sonrió:
- Ahí, aún en proceso, pero en realidad extrañamos mucho acá.
Nada es lo que podría haber sido si, pero a veces nos dejamos llevar por esa fantasía y la melancolía celebra desde un rinconcito del 'no vayas por ahí'. Tus decisiones, tu presente: trabajá sobre eso.
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