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La colmena

Comenzamos la sesión como todas las semanas, pero Román sabía que había escrito en nuestra ficha un evento del que aún no habíamos hablado. El del concierto. Y quizás tocaba hacerlo.


Tan prolijo como siempre, entre risas y gafas la charla nos fue llevando de la tarea de la semana anterior hasta Ariana Grande 2017. ¡El, en Manchester disfrutando bien adelante de verla y escucharla a 𝑒𝑙𝑙𝑎! No había querido irse antes para tomar el tren. Prefería perderlo si era necesario.


Y entonces los estruendos lo sacudieron de su momento perfecto.


Aún sin entender nada, buscó aturdido para dónde ir junto con la mano que lo rescató. El souvenir que había comprado parecía ridículo en ese momento. ¿Quién quiere acordarse de 𝑒𝑠𝑜? No me lo dijo, pero me parece que algo así se propuso, porque al atravesar su infierno nuevamente con el relato, aparecieron imágenes que siempre habían estado ahí, pero de las cuales su cerebro se defendía pseudorecordando: los gritos, las corridas, la remera ensangrentada… todo ahí, sin tocar. Igual que la mochila que quedó en el locker del estadio.


Román es todo pestañas, consideración, calidez... Pero lamentablemente el estrés post traumático no se resuelve con ser un buen flaco. Hay que enfrentarlo, volver a ver, escuchar, oler, saborear y sentir para acomodar todo lo que está olvidado en la memoria.


La abeja obrera se transformó en el emblema de la 𝑐𝑖𝑡𝑦 durante la revolución Industrial, símbolo de la clase trabajadora. Justamente porque Román es un obrero incansable de la resiliencia, dos años despues la volvió a ver. En Manchester. Eso es afrontar, señores.


Y lloró por él y por 22 familias de los que 𝑠𝑖 corrieron a tomar el tren. Pero no llegaron.




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